Utilización de anclajes

4. Utilización de anclajes en la colocación de mampuestos.

Los anclajes son unos conectores, generalmente metálicos, que sirven para afianzar un elemento de fábrica con cualquier otra estructura, normalmente de hormigón armado, de acero o también de fábrica. Existen diferentes tipos de anclajes según los elementos a enlazar y se emplean para evitar que se transmitan esfuerzos no deseados (producidos por movimientos de la fábrica o de la estructura), que puedan producir el agrietamiento de la fábrica.

– Anclajes de conexión empotrados (sin libertad de movimiento). Se emplean cuando se pretende una unión lo más rígida posible entre los dos elementos a conectar entre sí. Para conectar fábricas con estructuras de hormigón, se suelen usar como anclajes aceros corrugados fijados con algún tipo de adhesivo químico.

– Anclajes de conexión con libertad de movimiento. Se emplean entre muros de carga y otros elementos, cuando se pretende que no se transmitan los esfuerzos que sufre cada uno, por separado, al otro elemento.

– Definición de arriostrar: colocar piezas en forma oblicua o diagonal en los rectángulos de una armazón o estructura a fin de asegurarla y darle mayor estabilidad.

4.1. Enjarjes, aparejos y encuentros, Traba y llaves.

Para que un muro de cualquier tipo sea estable y resistente, la obra de fábrica que lo compone no puede ser un conjunto de piezas dispuestas una al lado de la otra sin ningún orden. Un muro ha de trabajar como una sola pieza, es decir, debe ser un conjunto monolítico.

5. Aparejos.

Como se ha dicho, en un muro no se coloca cada pieza de material encima de otra de cualquier manera, sino que se disponen de tal forma que queden bien trabadas entre sí, haciendo que cada pieza de una hilada descanse sobre dos o más de la hilada anterior, colocándolas de forma que las juntas verticales de una hilada no coincidan con las inmediatas inferior y superior. A esa forma de disponer el material que forma la obra de mampostería se le llama aparejar y a la posición que ocupa cada una de las piezas se le llama aparejo.

– Regular: el que se compone de piezas bien escuadradas, como por ejemplo los sillares, colocándose las piezas de forma homogénea y con regularidad. Es el tipo de aparejo que se usa generalmente en sillería.

– Irregular: el que está formado por piezas de formas y dimensiones variadas, con piedras relativamente pequeñas que se pueden ir colocando a mano. Es el tipo de aparejo que se usa generalmente en mampostería de piedra.

Muro de mampostería ordinaria
Muro de mampostería ordinaria

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– Aparejo ordinario: cuando se trabaja con piedras poco trabajadas, cuando no es necesario prestar mucha atención en el acabado del paramento, resultando fábricas muy bastas.

– Aparejo en seco: si no tiene ningún tipo de mortero que cohesione la fábrica.

– Aparejo careado: cuando está compuesto por mampuestos irregulares pero la cara del muro se presenta con las juntas de las piedras bien enrasada.

– Aparejo concertado: cuando se trabaja con piedras más homogéneas que ajustan bien entre ellas.

– Aparejo poligonal: cuando el aparejo es irregular, pero formado por piedras en el paramento con forma de polígonos contiguos.

– Aparejo ciclópeo: cuando se trabaja con grandes piedras con figuras redondeadas o esquinadas, sin que se ajusten las superficies de unas con otras. Normalmente, este aparejo se realiza en seco con el auxilio de máquinas para el movimiento de las piedras.

5.1. Traba y llaves.

Las uniones entre muros distintos constituyen puntos singulares, dentro de una edificación, que tienen mucha importancia estructural, por lo que es necesario realizarlas adecuadamente. En general, todos los muros de un edificio, tanto los que tienen funciones de carga como de arriostramiento, deben trabajar juntos a la hora de soportar esfuerzos mecánicos, por lo que habrá que garantizar su traba en las zonas de unión para evitar fisuras entre ellos.

La traba correcta entre muros y riostras debe hacerse en cada hilada para conseguir un empotramiento perfecto entre ambos, adentrando alternativamente las piezas de un muro dentro del otro.

Las llaves utilizadas en las juntas de movimiento tendrán uno de sus extremos recubierto por una funda de plástico, de forma que por ese lado no se adhiera al mortero y así permitir el movimiento horizontal de esa parte del muro.

Llaves para amarre de muros
Llaves para amarre de muros

5.2. Relleno con ripios.

En las mamposterías ordinarias o en seco, la forma de las piedras de las que se componen muchas veces no permite el asentamiento correcto de estas en el mortero o entre ellas, dejando huecos que es necesario rellenar. Para el relleno de estos huecos y para acuñar los mampuestos hasta conseguir la posición conecta que se busca, se usan pequeñas piedras llamadas ripios.

5.3. Mampostería enripiada.

Las fábricas de mampostería enripiada son la clase más simple de la mampostería ordinaria. Se realizan asentando en una buena torta de mortero, para darles equilibrio, piedras grandes hasta completar la hilada, sin preocuparse por los huecos que vayan quedando entre ellas, para inmediatamente rellenar el paramento y el interior del muro, de pequeñas piezas que van clavadas y acuñadas con el mismo mortero. El paramento de estas fábricas se remata dejando las caras más planas de las piedras hacia el exterior o bien escafilando posteriormente el paramento para desbastar los ripios que sobresalgan.

5.4. Uso de ripios en otro tipo de mampostería.

En los diferentes tipos de mampostería, está permitido el uso de ripios, pero con algunas limitaciones que es necesario especificar:

– Mampostería en seco: se pueden emplear ripios para acuñar los mampuestos y rellenar los huecos entre ellos.

– Mampostería ordinaria: únicamente se admitirá que aparezca el ripio al exterior si la fábrica va a ser posteriormente revocada.

Mampostería ordinaria
Mampostería ordinaria

– Mampostería careada: en el interior de los muros pueden emplearse ripios, pero no en el paramento visto.

– Mampostería concertada: no se admite el empleo de ripios.

Mampostería concertada
Mampostería concertada

5.5. Esquinas.

La esquina de un muro es simplemente el encuentro de dos alineaciones en un punto que es común en ambas. Como ya se refirió, las piedras a utilizar en la formación de esquinas deben ser del mayor tamaño posible y algo labradas, para conseguir que los paramentos de los paños de fábrica que se encuentran en ese punto se definan perfectamente, pues la esquina es la referencia que marcará la planeidad de los muros.

5.6. Ejecución de esquinas.

Para este elemento constructivo, no existen normas que delimiten o marquen su composición, sin embargo, se deberá vigilar que las piedras empleadas sean las más grandes y con forma lo más rectangular posible, exenta de grietas o deficiencias que disminuyan su resistencia, debiendo rechazarse piedras con caras redondeadas o boleadas. La posición de colocación de las piedras será transversal, intercalando las piedras de mayor y menor tamaño. Los espacios entre las piedras se rellenarán con otras más pequeñas.

6. Huecos. Ventanas y puertas.

En un sistema formado por muros de cualquier tipo, la parte maciza siempre es la que predomina en el conjunto. Sin embargo, si estos sistemas forman parte estructural de un edificio, es necesaria la abertura en ellos de huecos funcionales que faciliten el acceso entre los diferentes habitáculos, si es un muro divisorio entre compartimentos, o la entrada de luz y aire, si el muro forma parte de la fachada.

6.1. Formación de huecos.

Al practicar un hueco en un muro macizo de piedra, se están desviando las cargas verticales que sufre el muro hacia los extremos, provocando una sobrecarga en esos puntos que pone en riesgo la seguridad estructural del edificio. Esta sobrecarga puede producir el hundimiento de la zona expuesta y, por consiguiente, de las plantas superiores, si no se utilizaran en la ejecución del hueco los elementos necesarios para la formación de un arco de descarga o la construcción de elementos, llamados jambas y dinteles, que realizan la misma función que el arco en los huecos. Estos elementos ayudan en la transmisión natural de las cargas hacia los puntos laterales del muro sin poner en peligro la seguridad estructural.

Casa con mampostería, y puerta piedra
Casa con mampostería, y puerta piedra

Elementos de un hueco.

Los elementos que constituyen o forman un hueco en un muro o pared de cualquier tipo son los que se describen a continuación.

Dinteles.

Son los elementos horizontales colocados sobre los huecos practicados para puertas y ventanas que tienen la misión de transmitir los esfuerzos que reciben de las partes superiores del muro que sustentan a los apoyos. El apoyo de los dinteles debe ser lo suficientemente ancho como para absorber y trasmitir estos esfuerzos.

Arcos.

Son un recurso estructural usado desde la antigüedad. El arco transmite las cargas que recibe hacia los laterales de los huecos por medio de la disposición geométrica de sus elementos, llamados dovelas, más que por la resistencia de los mismos. La estructura de arco hace que todos sus elementos trabajen a compresión, al contrario que los dinteles, que trabajan a flexión, transmitiendo los esfuerzos que reciben a los soportes en forma de empujes laterales, a diferencia de los dinteles, que no transmiten empujes laterales, sino verticales, a los apoyos.

Puente de piedra roja. Ingenio, Barranco del draguillo.
Puente de piedra roja. Ingenio, Barranco del draguillo.

Jambas.

Son las dos caras o lados macizos de un hueco practicado en la pared. Las jambas transmiten y sostienen las cargas del dintel que descansa sobre su parte superior. Cuando el hueco esté ubicado en un muro de carga, el ancho de la jamba debe llevarse hasta los niveles de la cimentación o del forjado donde se apoya, aunque se trate de una ventana.

Antepecho.

Es la parte maciza inferior del muro donde se ubica el hueco de una ventana. El antepecho se realiza de los mismos materiales y con el mismo ancho que el resto del muro, aunque no soporta ninguna carga estructural.

6.2. Huecos en muros de piedra.

Por las características de trabajo frente a los esfuerzos mecánicos que tienen los materiales pétreos, a la hora de realizar un hueco en un muro de piedra, se encuentra el problema de la luz (distancia entre jambas) en el vano del hueco. Por la poca eficacia de la piedra ante los esfuerzos de tracción, es imposible emplear dinteles de piedra de una sola pieza en huecos de luces grandes, por el considerable tamaño y peso que tendrían, por lo que normalmente se recurre al empleo de dinteles de otros materiales o al empleo de arcos de descarga.

Arco adintelado.

El adintelado es un arco que no tiene curvatura, con flecha nula, es decir, que es casi horizontal, compuesto por varias piezas, llamadas dovelas, labradas oblicuamente por los lados de las juntas y que, al colocarse unas junto a otras, realizan la misma función que un arco convencional, transmitiendo las cargas por compresión en lugar de hacerlo por tracción como los dinteles.

Como ejemplo, en el edificio de piedra de la imagen siguiente, se aprecia el dintel de la portada realizado a modo de arco adintelado, compuesto por dos grandes piedras laterales y la dovela central labrada en forma de cuña (clave), que es la encargada de transmitir las presiones a los laterales.

Puente realizado en piedra roja de Tamadaba. Jardín Canario - Gran Canaria
Puente realizado en piedra roja de Tamadaba. Jardín Canario – Gran Canaria

6.3. Unión con tabiques y forjados.

En la construcción de edificios, se combinan los muros de carga, de gran espesor y fortaleza, con la ejecución de cerramientos interiores, de menor grosor y generalmente de materiales cerámicos ligeros, llamados tabiques, que tienen la misión de compartimentar o dividir las diversas estancias de la vivienda.

Asimismo, en los muros de carga se apoyan las estructuras horizontales que forman el techo y el suelo de las diferentes plantas de la vivienda, así como la base que sustenta el tejado o cubierta. A estas estructuras se las llama forjados.

6.4. Unión de muros de carga con tabiques.

Los muros de cerramiento de una vivienda ya sean de carga o de arriostramiento, deben ejecutarse al mismo tiempo para un perfecto acoplamiento entre ellos, por lo que se puede considerar que no hay unión sino continuidad entre los muros.

6.5. Unión de muros con forjados.

Una vez levantados los muros de cerramiento hasta la altura indicada para la planta de vivienda, se procede a la construcción del forjado, que se apoyará en los muros de carga. Esta unión muro de carga y forjado es muy importante y por ello, debe ejecutarse correctamente.

En los muros encargados de recibir el peso del forjado, se dejará transcurrir el tiempo suficiente desde la terminación del muro hasta la carga de los elementos que componen el forjado y su posterior hormigonado, para que la resistencia mecánica del mortero sea suficiente para soportar las cargas del forjado.

6.6. Resolución de encuentros: con otros materiales, con otros elementos constructivos y con otras tipologías constructivas.

Al construir muros de mampostería, es inevitable que se produzcan encuentros con materiales completamente distintos en su naturaleza, tamaño y forma de aplicación en obra. Ya se han visto detalles de la unión de los muros de piedra con materiales cerámicos al construir tabiquerías y con hormigones y vigas al realizar forjados.



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